Para Malena
Un escote, un traspié, una avenida,
que alumbra a los que vienen, y
les niega la luz a los que
van.
Un pañuelo en el cuello,
casi asfixia, con el dedo
pulgar,
con su nudo ancestral.
Una ilusión que no tiene la edad,
jadea,
y la aroman elixires piratas,
la envenenan, ojos de un
sacristán.
El corazón podrido,
empieza a vomitar,
corbatas, sangre negra y
migajas de pan.
Un buzo rompevientos,
verruga en la nariz, árbol
de medianoche,
vampiros,
que han bebido mis bríos,
para hacerme feliz.