A Roberto Genta
Es un hueco brutal, un agujero. Ya
casi no recuerdo los rostros de mis padres que de muerte natural murieron, o
sea, de cándidos murieron.
Sus estampas me llevan al confín del
espejo, se echan a rodar y se alzan aladas, para ponerme tiempo entre las
manos, para sembrar flores en mis zapatos, y respirar sus almas, estos versos.
Entonces, no se han ido, por lo tanto le canto a su existencia y también,
celebro que hayan vivido juntos. Es una
gran interrogante este poema, por suerte, existen los poetas, es por eso, que a
modo de homenaje, hoy he puesto en el centro de la mesa, Fractal y Sangre
Sucia. Leyendo Flores en los zapatos, Fray Bentos 2015 |